Lo primero a tener en cuenta es el trabajo que vamos a desempeñar con él y sus riesgos para determinar si necesitamos un calzado laboral o un calzado de seguridad. En el momento en el que entran en juego los riesgos mecánicos que puedan afectar a la integridad del trabajador, sin duda, el calzado de seguridad será la opción adecuada.
Dentro de los dos tipos de calzado existen diferentes tipos, ya que el zapato debe adaptarse a los riesgos inherentes de cada tarea en particular y sus elementos externos.
Un trabajador que se encuentre en ambientes fríos como cámaras frigoríficas o zonas exteriores en temporadas de mal tiempo no utilizará el mismo calzado laboral que un trabajador que se encuentre en ambientes con temperaturas elevadas, en las que necesitará un calzado más transpirable y ligero.
De la misma manera, un trabajador que desempeñe tareas eléctricas con riesgo de electrocución no deberá utilizar el mismo calzado que aquel que se encuentre en puestos con objetos cortantes o punzantes o donde el transporte de cargas pueda derivar en riesgos mecánicos distintos.
La lógica, además de la normativa, juega un papel fundamental en este aspecto, ya que nos sale de ojo, que si, por ejemplo, debemos realizar un trabajo en una zona exterior a 0ºC, sabemos que deberemos protegernos del frío y no veremos como opción el uso de unos zuecos abiertos para el desempeño de la tarea de forma segura.
Partes del calzado de seguridad
El calzado de seguridad está compuesto de distintas partes que deben de reunir unas características determinadas para cumplir con los requisitos que se les exige para no exponer a ningún tipo de riesgo a su usuario:
Estructura y material de fabricación:
- Resistente al agua en la totalidad del calzado
- Protección de los metatarsos
- Protección para trabajos de soldadura
- Capacidad para disipar cargas electroestáticas
- Resistencia a cortes
- Resistencia a la absorción y penetración de agua y líquidos
Plantilla:
- Resistencia a la perforación
Puntera:
- Resistencia a golpes y aplastamientos
Suela:
- Aislamiento térmico tanto al frío como al calor
- Absorción de energía en la zona del talón
- Resistencia al calor por contacto hasta temperaturas de 300ºC
- Resistencia a hidrocarburos
- Capacidad antideslizante
Últimas actualizaciones de la normativa europea en calzado de seguridad
A la hora de elegir el calzado adecuado debes tener en cuenta que la normativa europea sobre calzado de seguridad ha sido actualizada en 2022 respecto a la anteriormente vigente de 2012, así que lo mejor es que te dejes aconsejar por nuestro equipo de profesionales de Comercial El Accesorio, ya que ellos conocen todo al respecto y están al tanto de todas las modificaciones para proporcionarte un calzado apto para el desempeño de tus tareas o las de tus trabajadores sin exposición a riesgos de ningún tipo relacionados con su puesto.
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